La revisión de literatura científica más extensa y profunda sobre el dodo revela algunas característica clave del ave ahora extinta.
Un artículo publicado en el Zoological Journal of the Linnean Society revisó 400 años de literatura científica sobre el extinto dodo para repensarlo y acabar con los mitos que lo envuelven. Aunque la creencia popular imagina al dodo como un ave torpe y lenta, los reportes más antiguos indican que era rápido, activo y bien adaptado a su entorno.
El dodo fue el primer animal investigado por humanos que posteriormente se extinguió. La especie era nativa de la isla de Mauricio, en el océano Índico. La última vez que se avistó oficialmente fue en 1662, pero los primeros reportes sobre los dodos datan de 1598. Durante décadas, lo único que se supo sobre estos seres extintos era lo que aparecía en dibujos, narraciones y cartas de marineros que llegaron a la isla.
Los mitos en torno al dodo se deben, en gran parte, a que los sistemas actuales de clasificación de especies no existían cuando se produjo su extinción. El ave desapareció demasiado rápido como para ser estudiada bajo principios científicos confiables. El Dr. Neil Gostling, coautor del artículo y profesor de la Universidad de Southampton, menciona que “los dodos se extinguieron antes de que la ciencia tuviera la oportunidad de comprender lo que estaba observando”.
El plan para revivir al dodo sigue en marcha y ahora ya tiene un lugar para anidar
Colossal Bioscience y la Isla de Mauricio se han unido para establecer el futuro santuario de los llamados dodos funcionales.
La vida diaria del dodo sigue siendo un misterio, aunque es el ave que protagoniza más artículos científicos. Las investigaciones sobre el animal abarcan desde los trabajos en la época victoriana que intentaron confirmar su existencia hasta la preservación del único tejido blando de un dodo que queda en la actualidad. Los científicos comandados por Gostling revisaron 400 años de textos para ofrecer la revisión más completa sobre la taxonomía del animal extinto.
El dodo, una ágil paloma terrestre
La documentación permitió confirmar que los dodos pertenecen a la familia de los columbidos, un clado que incluye a las palomas. Además, la literatura mayoritariamente los describe como seres ágiles que amaban el bosque. Es probable que su cuerpo se comportara de manera similar a las aves actuales que corren y trepan árboles. Algunos huesos sugieren que tenían un tendón “excepcionalmente poderoso” responsable de cerrar los dedos de las patas.
Otro mito que persiste es la existencia de al menos cinco subespecies de dodos. Los investigadores revisaron las características de cada supuesto ser plasmado en los escritos de los siglos XVIII y XIX. De momento solo es posible confirmar al dodo clásico y a su primo, el solitario de Rodrigues.
Su forma casi cómica tampoco debería ser tomada como oficial, concuerdan. La visión del ave gorda y torpe podría deberse a que los dibujos de principios del siglo XVII representaban dodos atrapados y sobrealimentados. El adjetivo “torpe” o “estúpido” se les atribuía porque eran fáciles de atrapar para los humanos. Los biólogos contemporáneos coinciden en que esta aparente indefensión del dodo se debía a su existencia pacífica, sin enemigos, en la Isla de Mauricio.
“Estas criaturas estaban perfectamente adaptadas a su entorno, pero las islas en las que vivían carecían de depredadores mamíferos. Entonces, cuando llegaron los humanos, trayendo ratas, gatos y cerdos, el dodo y el solitario nunca tuvieron ninguna posibilidad”, dice Neil Gostling.
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