Los futbolistas de alto nivel, excepto los porteros, tienen desde hace un siglo mayor riesgo de desarrollar una demencia con respecto a la población en general, según un estudio sueco.
Un grupo de expertos considera que este estudio aporta “una prueba convincente” de la relación entre el deporte más popular del mundo y el aumento del riesgo de problemas degenerativos del cerebro.
Esta relación que ya se destapó con la muerte en 2020 de Nobby Stiles, campeón del mundo en 1966 con Inglaterra y que sufrió demencia, y con otros casos registrados en otros deportes como el rugby, el fútbol americano y el hockey, donde los golpes en la cabeza son frecuentes.
El estudio publicado por la revista científica The Lancet Public Health analizó los informes médicos de más de 6.000 futbolistas del campeonato sueco de primera división entre 1924 y 2019. Después, los expertos compararon la tasa de afectados por problemas degenerativos del cerebro con la de una muestra de 56.000 suecos.
Los porteros, la excepción
Los futbolistas tenían un riesgo 1,5 veces mayor de padecer enfermedades como el alzhéimer y otras formas de demencia. Los porteros son la excepción en este estudio, ya que no sufren tantos golpes en la cabeza como los jugadores de campo.
“Esta investigación confirma la hipótesis de que el juego de cabeza explica esta relación” entre el fútbol y las enfermedades cerebrales, dijo a AFP el principal autor del estudio, Peter Ueda, del Karolinska Institutet sueco.
Este es el mayor estudio realizado sobre esta problemática desde otro que se hizo en Escocia en 2019 y que concluyó que los futbolistas tenían 3,5 más posibilidades de sufrir problemas neurodegenerativos.
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