El presidente anuncia que se va a dar un margen a las empresas para que presenten proyectos, pero si no cumplen será el Estado quien compre y opere estos convoys
Andrés Manuel López Obrador lo ha dicho muchas veces: quiere que México vuelva a ser un país de trenes. El presidente, que eligió el Tren Maya en la península de Yucatán como una de las obras emblema de su sexenio, no se quiere quedar solo ahí. Este miércoles ha anunciado que está preparando un decreto, que saldrá publicado el 20 de noviembre, para que las vías de trenes de carga se usen también para pasajeros. El presidente ha dicho que se va a dar un margen para que las empresas que ya tienen las concesiones actuales entren también al traslado de personas, pero que si no lo hacen, será el Estado quien compre los convoys y los opere.
“Queremos que se pueda viajar desde Cancún a la Ciudad de México en tren, desde Guadalajara a Nayarit, a Sinaloa, Sonora, hasta la frontera. De Ciudad de México a Querétaro, San Luis Potosí, Monterrey, hasta Nuevo Laredo, de Ciudad de México hasta Chihuahua, en tren”, ha declarado López Obrador desde Palacio Nacional. No era la primera vez que el presidente hacía hincapié en cómo los trenes vertebraron el país. “Se cancelaron los trenes de pasajeros y llevan décadas sin funcionar, fue muy irresponsable”, dijo el mandatario en julio, “en Europa siguen funcionando los trenes, en Asia siguen funcionando. No se debieron abandonar los trenes. Eso también tiene que ver la protección de la naturaleza y evitar el cambio climático”.
Este verano él anunció que iba a dejar como legado 3.000 kilómetros nuevos de vía en México, no solo del Tren Maya, sino con proyectos en Oaxaca, Chiapas y Veracruz, y con cuatro nuevos ejes de comunicación entre la capital y el Estado de México, que darán servicio a millones de usuarios. Lo llamó el rescate de los ferrocarriles. Ahora, el presidente ha dado un paso más allá. Ya no es solo construir nuevas vías, sino darles un nuevo uso a los 20.000 kilómetros de vías que ya están.
“Vamos a darle primero la preferencia a quienes ya tienen las concesiones de trenes de carga para que en un tiempo razonable nos presenten un proyecto y se usen esas vías mediante su modernización, electrificación, porque nos va a ayudar mucho a enfrentar la contaminación. Les vamos a dar la posibilidad a que se comprometan a los trenes de pasajeros”, ha señalado.
“Si en un tiempo razonable deciden que no van a participar, nosotros vamos a tomar la decisión de que el Estado mexicano inicie un programa para la adquisición de trenes de pasajeros y se usen las mismas vías para que vuelva el servicio de trenes de pasajeros en México”, ha dicho, y ha puesto de plazo el mes de enero. “Lo quiero hacer pronto para que sepamos si aceptan o no”, ha dicho en referencia a las cartas que ya se han enviado cartas a las empresas concesionarias actuales.
López Obrador no ha explicado detalles de cómo se va a hacer esa transformación de vías de carga a vías para pasajeros, ni tampoco cuánto puede costar, pero el desembolso económico no ha sido un obstáculo para sus intenciones ferroviarias. Solo para el Tren Maya se han aprobado ya 5.600 millones de dólares y más de 8.600 para las conexiones en tren entre la capital y el Estado de México.
Este miércoles, además, el presidente ha decidido cubrirse las espaldas: “Y de una vez, porque me tengo que adelantar, no es expropiación, está en la Constitución y en la ley. Es nada más hacer uso del derecho que tenemos para que se use toda esa infraestructura en beneficio del pueblo de México”.
Siguenos en Redes