Expertos en educación advierten que eliminar este examen podría no garantizar la calidad ni el acceso equitativo a la educación media superior en México.
Desde 1996, más de 200,000 estudiantes de tercer año de secundaria se preparan anualmente para el examen de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems), con la esperanza de ingresar a uno de los planteles de la Ciudad de México y el Estado de México.
Sin embargo, la futura administración liderada por Claudia Sheinbaum ha anunciado, a través del próximo secretario de Educación, Mario Delgado, la eliminación del Comipems bajo la promesa de que ningún estudiante quedará sin acceso a la educación media superior. Este anuncio ha generado controversia y preocupación entre los especialistas en educación, quienes consideran que esta medida no resolverá problemas fundamentales como el rezago, la deserción escolar y la calidad de la enseñanza.
El nivel medio superior presenta la mayor tasa de abandono escolar en el país. Según la Secretaría de Educación Pública (SEP), la deserción en el ciclo 2021-2022 alcanzó el 9.2%, significativamente mayor que en primaria (0.4%) y secundaria (2.5%).
Mario Delgado argumenta que el proceso de asignación del Comipems genera discriminación y que su eliminación garantizará el acceso equitativo a un bachillerato. No obstante, expertos como Teresa Gutiérrez, directora de Monitoreo de Indicadores en Mexicanos Primero, señalan que la demanda por planteles de alta reputación, como los de la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional, continuará, y que el problema no se resolverá simplemente con más espacios disponibles.
Actualmente, el Comipems permite a los estudiantes acceder a uno de los 487 planteles de la Ciudad de México y el Estado de México según el puntaje obtenido. La propuesta de Mario Delgado incluye la construcción de más planteles, pero especialistas dudan que esto solucione la frustración de los estudiantes que no ingresan a sus escuelas preferidas.
Patricia Ganem, vocera de Educación con Rumbo, critica que la eliminación del Comipems no venga acompañada de un diagnóstico claro sobre los problemas que se busca resolver. La eliminación del examen podría también reducir las opciones de evaluación del aprendizaje de los alumnos, una preocupación destacada por Fernanda García del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Además de construir más escuelas, el futuro gobierno deberá garantizar que estos nuevos planteles ofrezcan educación competitiva y de calidad, y abordar la complejidad de tener más de 30 subsistemas de educación media superior en el país. Sin el Comipems, cada escuela podría implementar su propio examen de ingreso, lo que podría afectar la calidad educativa, según Ganem.
La presión por obtener un buen lugar en el Comipems ha generado un lucrativo negocio de preparación para el examen, inaccesible para muchos estudiantes. El ideal sería que todas las escuelas secundarias proporcionen el conocimiento y habilidades necesarias para el ingreso a la educación media superior, mejorando así los niveles de aprendizaje en Matemáticas, Lectura y Ciencias, áreas en las que los estudiantes mexicanos aún enfrentan grandes desafíos según los resultados de la prueba PISA 2022.
En resumen, la eliminación del Comipems plantea un debate crucial sobre el futuro de la educación media superior en México, un tema que requiere un enfoque integral y bien fundamentado para garantizar el acceso equitativo y la calidad educativa para todos los estudiantes.
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