El movimiento no tiene precedentes en la historia reciente de México y su trascendencia es aún mayor en el marco de la visión internacional de Andrés Manuel López Obrador. De ese principio con el que el presidente arrancó el sexenio, “la mejor política exterior es la interior”, a una estrategia de alianzas regionales cada vez más profunda que ahora culmina con el asesoramiento directo a Perú. Con una misión encabezada por el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, para brindar apoyo a Pedro Castillo, el Gobierno mexicano no solo busca ganar peso en la región y ofrecer una imagen de estabilidad, sino que lanza un mensaje geopolítico contra lo que López Obrador califica de “conservadurismo”.
La delegación ha presentado al presidente peruano algunos de los programas sociales de la llamada Cuarta Transformación. Se trata, según ha informado este martes Hacienda, de “diversas propuestas de carácter económico en apoyo a la economía de ese país sudamericano” y que al mismo tiempo, aseguran en esa dependencia, representen “un beneficio para México”. Los representantes de los dos Ejecutivos hablaron también de intercambio comercial y de la posibilidad de conceder líneas de crédito para fomentar las exportaciones.
Si el respaldo tiene, de entrada, una dimensión económica, su alcance es también político y diplomático. Las reuniones celebradas la semana pasada en Lima, además, solo son un primer paso, ya que “con el propósito de definir el desarrollo y la pronta ejecución de las acciones planteadas, ambas partes acordaron mantener las consultas mutuas en forma permanente”.
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