La NASA y Astrobotics prevén que el vehículo caiga el próximo jueves al norte de Australia. El módulo porta una veintena de objetos, entre los cuales hay restos mortales de tres presidentes de Estados Unidos.
El conocido como módulo lunar “Peregrine” se dispone a regresar a la Tierra este jueves, pero para ello se desintegrará junto con otros objetos que transportaba. El artefacto, un módulo de aterrizaje privado estadounidense de la compañía Astrobotic, ha estado perdiendo combustible a lo largo de su viaje y probablemente se quemará en la atmósfera, según comunicó la propia empresa.
Astrobotic y la agencia espacial estadounidense (NASA) anunciaron que estrellarán Peregrine contra la atmósfera de la Tierra para que “no crear escombros en el espacio cislunar”, destacó la empresa. El robot con forma de caja lleva ya más de cinco días en el espacio y se encuentra actualmente a 390.000 kilómetros de nuestro planeta, agregó.
“Trabajando con la NASA, hemos recibido aportes de la comunidad espacial y del Gobierno de EE. UU sobre el curso de acción más seguro y responsable para terminar la misión Peregrine. La recomendación que hemos recibido es permitir que la nave espacial se desintegre durante la reentrada en la atmósfera de la Tierra”, explica Astrobotic en un comunicado.
“Debemos equilibrar nuestro propio deseo de extender la vida de Peregrine con el riesgo de que nuestra nave espacial dañada pueda causar un problema en el espacio cislunar. Como tal, hemos tomado la difícil decisión de mantener la trayectoria actual de la nave espacial para reingresar a la atmósfera terrestre”, recalcó.
Entrada en la Tierra
Según los cálculos de la compañía, con sede en Pittsburgh (Estados Unidos), el vehículo impactará el jueves 18 de enero contra el escudo terrestre, probablemente al norte de Australia.
“No creemos que la reentrada de Peregrine represente riesgos de seguridad”, sostiene Astrobotic, que realizará una rueda de prensa conjunta con la NASA ese mismo día para informar de la evolución del artefacto.
Según informa El País, hay un total de 20 cargas útiles en la nave. Algunos de estos objetos son realmente peculiares, como por ejemplo, una cápsula del tiempo con mensajes de 80.000 niños de todo el mundo o restos mortales de decenas de humanos enviadas por la compañía de entierros espaciales estadounidense Elysium Space, como las de tres presidentes de Estados Unidos: George Washington, Dwight D. Eisenhower y John F. Kennedy. Todos esos restos se vaporizarán contra la atmósfera.
Sin posibilidad de llegar a la Luna
La Misión Peregrine Uno (PM1) se lanzó la madrugada del pasado 8 de enero con éxito sobre el nuevo y poderoso cohete Vulcan Centaur de United Launch Alliance (ULA) desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida (EE. UU), pero a las pocas horas empezó a perder energía. La empresa entonces señaló el 9 de enero “un fallo en el sistema de propulsión”, lo que provocó una pérdida crítica de combustible”. Más tarde, el día 11, la nave logró restrablecer conexión con la NASA en la Tierra y activar algunas de sus cargas. Con todo, la misión Peregrine tuvo que abandonar su meta de llegar a la Luna.
Astrobotic aspiraba a ser la primera empresa privada en aterrizar con éxito en la luna, algo que sólo cuatro países han logrado logrado, y la primera nave estadounidense en alunizar desde 1972.
La NASA había pagado a Astrobotic más de 100 millones de dólares por transportar su carga, en el marco de un programa experimental denominado Commercial Lunar Payload Services. El objetivo general es sembrar una economía lunar comercial y reducir sus propios gastos generales.
La propia empresa tendrá otra oportunidad en noviembre con su módulo de aterrizaje Griffin, que transportará el explorador VIPER de la NASA al polo sur lunar.
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