El Gobierno sueco anunció este lunes su intención de restablecer el servicio civil obligatorio, eliminado en 2008, por el empeoramiento de la situación de seguridad en la zona creado por la guerra de Ucrania.
El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, explicó en rueda de prensa que la medida forma parte del proyecto para reforzar la defensa nacional y que la Agencia de Contingencias Civiles (MSB) recibirá este jueves el encargo de elaborar un plan, que inicialmente se centrará en los servicios de emergencia municipales.
“Vemos que esos servicios no tienen actualmente la dimensión necesaria en caso de alerta o de un ataque armado. Las experiencias de Ucrania son claras cuando se trata de proteger a la población civil y a los cuerpos de rescate bajo mucha presión”, dijo en la misma comparecencia el ministro de Defensa Civil, Carl-Oskar Bohlin.
El servicio civil implica que ciudadanos suecos pueden ser llamados a realizar labores de apoyo a las autoridades en áreas como emergencias o sanidad para garantizar su funcionamiento adecuado en caso de alerta o de guerra.
Bohlin explicó que no se puede decir con exactitud cuántas personas pueden verse afectadas inicialmente, pero habló de una cifra entre 1.500 y 2.000, que deberán pasar por un proceso de formación.
La posibilidad de restablecer el servicio civil obligatorio ya fue discutida por el anterior Gobierno rojiverde en la última legislatura (2018-2022).
Un informe elaborado el pasado otoño por la MSB apuntó a que sería necesario formar a unas 3.000 personas durante los próximos cinco años.
Suecia ha impulsado en la última década varias medidas para reforzar su defensa, aludiendo a las tensiones con Rusia en la región, entre las que figuran el restablecimiento del servicio militar obligatorio en 2017, siete años después de suspenderlo.
El nuevo Gobierno de derecha, que asumió el poder hace tres meses, ha mostrado también su intención de aumentar el gasto militar anual hasta el 2 % del producto interior bruto (PIB) antes de 2026.
Suecia, junto con la vecina Finlandia, acabó el año pasado con su no alineamiento militar y solicitó el ingreso en la OTAN, de la que ya era aliada y que fue aprobado en la pasada cumbre de la Alianza, celebrada a finales de junio en Madrid.
La entrada de ambos países está pendiente del visto bueno de Turquía, que levantó a última hora su veto a cambio de ciertas condiciones, plasmadas en un acuerdo, mientras las partes continúan negociando.
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