Con la avalancha de compras, el gasto de dinero y los viajes para ver a la familia, el estrés puede sentirse inevitable durante las vacaciones.
Es posible que ya sepa que el estrés puede afectar su propia salud, pero es posible que no se dé cuenta de que su estrés, y cómo lo maneja, lo está contagiando. Su estrés puede extenderse, especialmente, a sus seres queridos.
Como psicóloga psicosanitaria, he desarrollado un modelo sobre cómo las parejas y su estrés influyen mutuamente en la salud biológica y psicológica. A través de esa y otras investigaciones, he aprendido que la calidad de las relaciones íntimas es crucial para la salud de las personas.
Un ejemplo: el estrés en las relaciones puede alterar los sistemas inmunológico, endocrino y cardiovascular. Un estudio de recién casados descubrió que los niveles de hormonas del estrés eran más altos cuando las parejas eran hostiles durante un conflicto, es decir, cuando eran críticas, sarcásticas, hablaban con un tono desagradable y usaban expresiones faciales agravantes como voltear los ojos.
Asimismo, en otro estudio, las personas en relaciones hostiles tuvieron una cicatrización de heridas más lenta, mayor inflamación, mayor presión arterial y mayores cambios en la frecuencia cardíaca durante el conflicto.
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