HERMOSILLO.- La “guerra” por el control en el Desierto de Altar, entre Caborca y Pitiquito, en Sonora, dejó otros cinco muertos, tres de ellos fueron dejados en las vías del tren para que fueran mutilados y decapitados.
Esta región de Sonora es un territorio bajo el dominio de Rafael Caro Quintero, “R1”.
Entre este martes y miércoles se registraron las cinco ejecuciones: En Caborca se encontró a tres hombres sin vida sobre las vías del ferrocarril, dos de ellos, decapitados y mutilados por el tren.
Informes periodísticos de la región detallan que el hallazgo se dio a las 15:30 horas del martes, en el tramo ferroviario Mexicali-Benjamín Hill, a unos metros de la estación Las Enchilayas.
Los cuerpos tenían signos de tortura y fueron dejados sobre las vías, a merced del paso del tren, según reporta Proceso.
Horas más tarde, en Pitiquito, fueron encontrados otros dos cadáveres en el cerro conocido como El Picudo.
A los hombres -aún sin identificar y con ropa táctica, se les detectaron múltiples impactos de arma de fuego y presentaban signos de haber sido ejecutados hacía dos o tres días.
La región del Desierto de Altar ha sufrido una escalada de violencia tras los enfrentamientos en Magdalena de Kino. El gran botín es: El desierto de Sonora colindante con la reserva de la tribu Tohono O´odham, conocidos como Pápagos.
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