La convivencia entre humanos y animales ha sido espinosa en muchos momentos, especialmente cuando se trata de depredadores. Tal es el caso de los tiburones blancos, pues los reyes del mar han tenido mortales encuentros con pescadores de Sonora, esto se traduce en cuatro ataques que resultaron en la muerte de los hombres, todos ocurridos en 2023. Esto no solo mantiene en alerta a las autoridades estatales, también pone en jaque a aquellos cuyo sustento depende de la pesca. Además de un foco rojo para los ambientalistas, pues temen que los escualos sean asesinados.
Los hechos han ocurrido en Bahía del Tóbari, Puerto Peñasco, Yavaros y Paredón Colorado, en todos las víctimas mortales fueron buzos pescadores, quienes ingresan al mar para extraer principalmente almejas y callo de hacha, pues de ello dependen sus ingresos económicos. Además de la pérdida para las familias de las víctimas, los ataques han causado miedo entre aquellos que se dedican a esta actividad.
El primero de ellos ocurrió el 5 de enero, precisamente en Playa San José, de la Bahía del Tóbari; el pescador fue mordido en repetidas ocasiones, lo que le provocó la pérdida de los brazos y la cabeza, según explicó José Luis Reina, presidente de una cooperativa pesquera de la zona. El hombre explicó que la víctima se adentró demasiado al océano, lo que ocasionó el fatal encuentro.
De acuerdo con información proporcionada por otros pescadores, en dos de los cuatro ataques, las víctimas trabajaban en la extracción de almejas, en la modalidad de “jalón”, esto quiere decir que estaban acostados, flotando y atados a la embarcación. Con ello se mueve el fondo marino y se causa turbidez en el agua.
Se resaltó que existía una advertencia de no meterse al mar, pues se había registrado la presencia de tiburones blancos, pero la necesidad hizo a los pescadores aventurarse para poder llevar el pan a sus mesas.
Hechos atípicos
Aunque los tiburones son uno de los animales más temidos por el ser humano, los ataques son poco probables, cuando llegan a ocurrir, suele ser porque confunden a personas con leones marinos, su comida favorita por su alto contenido calórico. Pero durante 2021 aumentaron las cifras de encuentros en todo el mundo y se registraron 73 mordeduras consideradas “no provocadas”, 39 “provocadas” y cuatro a embarcaciones. De estas solo nueve resultaron mortales, según el Archivo Internacional de Ataques de Tiburón del Museo de Historia Natural de Florida.
De estos, 47 se registraron en Estados Unidos, 12 en Australia, tres en Brasil, tres en Sudáfrica, tres en Nueva Zelanda, dos en Nueva Caledonia, mientras que en Canadá, Ecuador y San Cristóbal y Nieves, se registró uno en cada país. Cabe señalar que en los ataques contabilizados en todo el orbe, se incluyen todas las especies de tiburones, no solo los blancos.
Durante ese año ninguno se registró en México. Este 2023, los cuatro reportados en Sonora han sido mortales, lo que equivale a casi la mitad de muertes registradas en 2021 en todo el mundo por ataque de tiburón, e igual casi totalmente el promedio anual mundial, que es de cinco decesos.
Según el Museo de Historia Natural de Florida, los ataques se dividen en “provocados” y “no provocados”, los ocurridos a los pescadores de Sonora están en la segunda clasificación, ya que definen las “mordeduras provocadas” a las que ocurren “cuando un humano inicia una interacción con un tiburón de alguna manera. Estos incluyen instancias en las que los buzos son mordidos después de acosar o tratar de tocar tiburones, mordeduras en pescadores submarinos, mordeduras en personas que intentan alimentar a los tiburones, mordeduras que ocurren mientras desenganchan o retiran un tiburón de una red de pesca, etc”.
Las fluctuaciones anuales en las interacciones entre humanos y tiburones son comunes, la variabilidad de un año a otro en las condiciones oceanográficas, socioeconómicas y meteorológicas influye significativamente en la abundancia local de tiburones y humanos en el agua.
Ofrecen pláticas para prevenir ataques
Derivado de los fatales encuentros entre pescadores y tiburones, los científicos mexicanos Mauricio Hoyos y Omar Santana, de las organizaciones Pelagios Kakunjá y Ecología Cielo, Mar y Tierra, respectivamente, ofrecieron una plática para que se pueda entender el comportamiento de la especie, coexistir con ella y prevenir accidentes.
Lo primero que informaron fue que los meses de diciembre y enero son los que más registran presencia de tiburones en el Golfo de California o Mar de Cortés, pues las hembras buscan un lugar para tener a sus crías. También dijeron que en esa zona puede haber un cambio en la ruta de los lobos marinos, que los hace bajar hacia Sonora, además de que puede ser posible que los pescadores estén cambiando sus patrones.
Para evitar otros ataques, los expertos dieron una serie de recomendaciones:
No alejarse demasiado de la costa: esto aísla a un individuo y, además, lo coloca muy lejos de la asistencia.
Evitar estar en el agua durante la oscuridad o en las horas del crepúsculo cuando los tiburones son más activos y hay poca visibilidad en el agua.
Tener especial cuidado cuando las aguas son turbias.
Evitar las zonas donde existan colonias de lobos marinos, leones marinos o focas; vertientes de aguas residuales o actividad de alimentación.
No entrar al agua si se sabe que hay tiburones presentes.
No entrar al agua si sangra por una herida abierta.
Evitar las salpicaduras excesivas cuando se tiran al mar.
Usar una vara hawaiana para alejar a los escualos, así como equipos electromagnéticos.
Otro tip es pintar los trajes de neopreno con rayas blancas, para ser confundido con una víbora de mar.
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