El viernes 27 de mayo de 2022, el Gobierno de Estados Unidos dio a conocer la extradición a ese país de Adán Zenén Casarrubias Salgado, alias “El Tomate”, “Silver” o “Star”, acusado de ser integrante de un grupo de tráfico de drogas que operaba en Chicago. Se trata de la organización bautizada como Guerreros Unidos, una célula del Cartel de los Beltrán Leyva que, desde hace décadas, ha sido un grupo hegemónico en la producción y trasiego de drogas en Guerrero, estado donde ocurrió la desaparición de los 43 estudiantes aquella fatídica noche del 26 de septiembre de 2014 durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Lo extraño de la acción tomada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador es que Adán Casarrubias es pieza clave para resolver el caso de los estudiantes desaparecidos en Iguala, Guerrero. Y no sólo eso, también es una pieza clave para entender las redes de corrupción establecida por dicha célula criminal y sus mandos superiores, con el Ejército mexicano y la base de la Policía Federal en Guerrero, entonces encabezada por Omar García Harfuch, actualmente Director de la Secretaría de Protección Ciudadana de la Ciudad de México, y uno de los hombres de mayor confianza de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
La información clave que “El Tomate” tiene de los hechos ocurridos en Iguala lo muestran las grabaciones de comunicaciones interceptadas por la Agencia Antidrogas (DEA) antes, durante y después de la desaparición de los normalistas, mientras seguían en Chicago a Pablo Vega-Cuevas, “El Transformer”, socio de “El Tomate”, y otros.
El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), enviado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ha realizado desde 2015 su propia investigación, enfrentando los constantes obstáculos del Gobierno de México. En su tercer informe, presentado en febrero pasado, afirmó que entender las dinámicas de las operaciones de Guerreros Unidos en Chicago era muy importante en el caso, así como el análisis de las interceptaciones hechas por la DEA.
Si “El Tomate” era parte importante de esas operaciones y puede dar información de quienes operaban en Iguala esa noche, ¿quién era su mando superior, y quiénes los protegían en el trasiego de drogas? ¿Por qué el gobierno de México lo entregó a Estados Unidos?
He investigado el caso de los normalistas desde 2014. Fui la primera en documentar y revelar desde 2014 la presencia y participación activa de la Policía Federal y el Ejército, la vigilancia hecha a los normalistas desde días antes del ataque, y descubrí la complicidad de dichas corporaciones con el Cartel de los Beltrán Leyva y sus células en Guerrero.
En una breve llamada telefónica con Vidulfo Rosales, abogado representante de las familias de los 43 estudiantes desaparecidos, este afirmó que el gobierno de México nunca les informó ni consultó sobre la extradición de Adán Casarrubias. Y aseguró que en la reunión que tendrían el 31 de mayo con el gobierno de AMLO preguntarían al respecto.
La extradición, dijo Rosales, “es un obstáculo más para encontrar la verdad, siguen habiendo intereses para que la verdad no se conozca”. Y señaló que los padres de familia han encontrado trabas y retrasos por parte del gobierno actual -al igual que ocurrió con el de Peña Nieto- para descubrir y castigar a todos los responsables.
La extradición de “El Tomate” es contraproducente para encontrar la verdad en el ataque contra los estudiantes y su desaparición. Con esta acción el gobierno de México parece una vez más renunciar a la búsqueda de la verdad en el caso ¿Por qué?. ¿Cuáles pueden ser las consecuencias explosivas de la extradición de Adán Casarrubias para la llamada Cuarta Transformación?
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