Se dice que la conciencia es el conocimiento de nosotros mismos y de cómo interpretamos todo lo que nos rodea. Asimismo, se dice que esta conciencia es única para todos. Una definición con la que muchos estarían de acuerdo. No obstante, quedan múltiples preguntas sobre la verdadera naturaleza de la conciencia. Como, por ejemplo, una de las más primordiales: ¿está nuestra mente consciente realmente a cargo de nuestras decisiones?
Con la idea de explicar por qué se desarrolló y para qué sirve la conciencia, además de explicar fenómenos que no se pueden explicar con las teorías actuales, un estudio reciente de la Universidad de Boston, Estados Unidos, ha propuesto una nueva teoría, que sugiere que la conciencia subjetiva no es más que un sistema de memoria que registra nuestras interacciones inconscientes con la realidad.`
La conducta humana se realiza de forma inconsciente
El investigador a cargo del estudio, Andrew Budson, de la Facultad de Medicina Chobanian & Avedisian de la Universidad de Boston, asegura así que nuestros cerebros no son realmente conscientes de nuestro entorno, sino que procesan recuerdos subconscientes desarrollados hace apenas medio segundo. En otras palabras, es el cerebro inconsciente de una persona el que hace todo el trabajo, y el cerebro consciente simplemente reacciona a él.
“Nuestra teoría es que la conciencia se desarrolló como un sistema de memoria que es utilizado por nuestro cerebro inconsciente para ayudarnos a imaginar de forma flexible y creativa el futuro y planificar en consecuencia”, dice el autor del estudio, publicado en la revista Cognitive and Behavioral Neurology, en un comunicado de la universidad.
“Lo que es completamente nuevo en esta teoría es que sugiere que no percibimos el mundo, ni tomamos decisiones, ni realizamos acciones directamente. En cambio, hacemos todas estas cosas inconscientemente y luego –alrededor de medio segundo después– recordamos haberlas hecho”, aseguró.
Budson afirma que la idea de que todas nuestras decisiones y acciones se realizan de forma inconsciente –y que simplemente nos engañamos a nosotros mismos haciéndonos creer que las realizamos conscientemente– puede dar lugar a algunas cuestiones que inducen a la ansiedad sobre el libre albedrío.
“Una gran mayoría, si no toda, de la conducta humana se realiza en realidad de forma inconsciente y la conciencia es simplemente el recuerdo de haber realizado acciones específicas”, afirma Budson en entrevista con The Debrief.
Fenómenos que otras teorías no pueden explicar
En la actualidad existen muchas teorías sobre la conciencia. Algunas proponen una construcción jerárquica, en la que el cerebro promueve o degrada activamente los procesos cognitivos para que sean inconscientes o conscientes. Otras teorías se centran en si ciertas partes del cerebro pueden generar la información correcta, decidiendo así si es consciente o no.
No obstante, Budson y los coautores Kenneth Richman, filósofo de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Salud de Massachusetts, y Elizabeth Kensinger, psicóloga del Boston College, consideran que el procesamiento directo de los estímulos –las otras teorías implican el procesamiento directo de los estímulos cuando entran en el cerebro y la posterior toma de decisiones en primer o segundo plano– es simplemente demasiado lento para explicar los rápidos reflejos que se observan en los deportes y otras actividades de alto nivel.
“Sabíamos que los procesos conscientes eran simplemente demasiado lentos para participar activamente en la música, los deportes y otras actividades en las que se requieren reflejos en fracciones de segundo. Pero si la conciencia no interviene en esos procesos, era necesario encontrar una explicación mejor de lo que hace la conciencia”, dice Budson, que también es director del Centro de Neurociencia Cognitiva Traslacional del Sistema Sanitario de Asuntos de Veteranos (VA) de Boston.
¿Por qué hacemos cosas que sabemos que no debemos?
Su teoría propone entonces que los estímulos entran directamente en el inconsciente antes de que el cerebro los empuje hacia el consciente basándose en los recuerdos del suceso, y las acciones que creemos que son conscientes se controlan en realidad totalmente por impulso. En su opinión, esto explica por qué hacemos cosas que sabemos que no debemos, como comer compulsivamente.
“Incluso nuestros pensamientos no suelen estar bajo nuestro control consciente. Esta falta de control es la razón por la que podemos tener dificultades para detener una corriente de pensamientos que pasan por nuestra cabeza mientras intentamos dormir, y también por la que la atención plena es difícil”, dice Budson.
Trastornos psicológicos, libre albedrío y responsabilidad moral
Según el comunicado, Budson y sus coautores consideran que una serie de trastornos neurológicos, psiquiátricos y del desarrollo son trastornos de la conciencia, como la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, el delirio, la migraña, la esquizofrenia, el trastorno de identidad disociativo y ciertos tipos de autismo, entre otros.
El trabajo podría proporcionar así una nueva hoja de ruta para los médicos y científicos que buscan ayudar a las personas a lidiar con problemas de comportamiento como comer en exceso. Asimismo, podría ayudar a entender las formas en que las estructuras cerebrales apoyan la memoria e incluso proporcionar una nueva visión de las cuestiones filosóficas en torno al libre albedrío y la responsabilidad moral.
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