Aunque mosquitos, aves y murciélagos han sido los agentes transmisores que han generado brotes infecciosos mortales en el mundo, un nuevo estudio advierte que la próxima pandemia podría ser causada por algún virus que habite en el hielo o permafrost derretido por el calentamiento global.
La investigación, publicada este miércoles en Proceedings of the Royal Society B, realizó análisis genéticos del suelo y los sedimentos del lago Hazen, el lago de agua dulce más grande del Ártico, y halló que hay grandes posibilidades de que los glaciares que se derriten por el calentamiento global liberen nuevos virus y bacterias con mayor potencial de infectar a nuevos huéspedes, sobre todo criaturas que habiten las zonas más cercanas a los polos.
Investigadores de la Universidad de Ottawa en Canadá analizaron muestras de agua del deshielo en el lago y examinaron marcas de ARN y ADN para encontrar segmentos que coincidieran con virus conocidos y sus posibles hospederos. Luego usaron un algoritmo para determinar la probabilidad de que estos virus pudieran infectar a grupos de seres vivos.
Los autores del estudio no han determinado si esos virus tendrían la capacidad para iniciar realmente una infección, ni cuantificaron cuántos de los que hallaron eran previamente desconocidos, algo en lo que trabajarán en los próximos meses.
Pero otra investigación reciente reveló que en el hielo de los glaciares hay virus desconocidos. El año pasado, investigadores de la Universidad Estatal de Ohio en EEUU que tomaron muestras de hielo del Tíbet, anunciaron que habían encontrado en él material genético de 33 virus, de los cuales 28 eran nuevos. Dada la ubicación, los científicos calculan que esos virus tengan aproximadamente 15,000 años.
Pero el equipo de la Universidad de Ottawa, encabezado por Stéphane Aris-Brosou, esclareció que a pesar de que pudieron predecir un cierto riesgo de contagio de esos virus del deshielo recolectados del lago Hazen, eso no quiere decir que vayan a producirse contagios o pandemias reales.
“Mientras los virus y sus ‘vectores puente’ no estén presentes simultáneamente en el medio ambiente, la probabilidad de eventos dramáticos probablemente siga siendo baja”, aclara el estudio.
“Lo único que podemos deducir con certeza es que a medida que aumentan las temperaturas, aumenta el riesgo de contagio en este entorno en particular”, dijo Aris-Brosou. “¿Esto conducirá a pandemias? Definitivamente no lo sabemos”, agregó.
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