Alf Meling, investigador y maestro en la Licenciatura de Biología en la Universidad de Sonora, indicó que esta especie de aves sudamericana representa uno de los de mayores peligro a los ecosistemas en los que se instalan.
El académico advirtió que las aves nativas son agredidas por este tipo de pericos, ya que son agresivos y atacan en parvadas a especies más dóciles cómo colibríes, pichones o palomas, desplazándolas de su hábitat natural.
Los pericos argentinos también alteran el ecosistema al atacar a insectos como abejas o mariposas primordiales en la polinización.
Estos especímenes llegaron como ornato o mascotas, pero su reproducción tan efectiva y acelerada los hace crecer en cantidad rápidamente
Alf Enrique Meling López
Profesor de la Lic. en Biología de la UNISON
La proliferación de esta especie se debe a que tan solo una pareja de pericos puede empollar alrededor de 8 crías en un lapso de 2 años.
RIESGOS
Actualmente en nuestra ciudad no se toma ninguna medida preventiva ni de erradicación de esta especie, por falta de recursos y de el personal adecuado para cumplir con esta labor.
El maestro dijo con preocupación que si no se toman cartas en el asunto, pronto la sociedad hermosillense se verá seriamente afectada.
Expresó que el excremento de esta ave es más corrosivo, y causa daños en los pulmones por la inhalación en su descomposición, acarreando parásitos que afectan seriamente mascotas como perros y gatos.
“Las personas ven con agrado al “animalito” sin darse cuenta del peligro que ocasionan no solo a las demás especies, si no al “picotear” cables de luz o mangueras de agua y tuberías”, puntualizó.
Las áreas con mayor población de esta especie en Hermosillo son la presa Abelardo L. Rodríguez, bulevar Colosio final, en los parques de la Unison, Parque Madero, camellones del bulevar Rodríguez y el sector que comprende la colonia Modelo.
La manera preventiva momentánea de alejarlos de nuestra propiedad es podando los árboles como ceibas, palmeras y yucatecos, los cuales son sus predilectos.
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