La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) pidió al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) la reparación total del daño para una mujer a la que le amputaron las piernas debido a un mal diagnóstico.
“Transgredieron los derechos a la protección de la salud, a la integridad personal, a la salud sexual y reproductiva, y dañaron el proyecto de vida de una mujer de 27 años por diagnóstico, tratamiento y seguimiento médico inadecuados”, determinó la CNDH.
Ante ello, la Comisión solicitó una compensación económica suficiente; que la víctima tenga acceso a programas sociales y le otorguen becas en favor de sus dos familiares directamente afectados. Además solicitó que le otorguen atención psicológica y psiquiátrica de forma continua hasta que alcance su sanación psíquica y emocional.
En septiembre de 2018, la víctima, originaria de Querétaro, acudió a su unidad médica familiar del IMSS porque sentía un dolor abdominal muy fuerte.
El médico que la atendió le diagnosticó infección en las vías urinarias y colitis; sin mandarle a realizar estudios le estableció un tratamiento.
Debido a que el dolor continuaba, la mujer fue a un hospital general donde le informaron que tenía que retirarse el DIU porque estaba traslocado. En el hospital tampoco le realizaron estudios, radiografías o algún ultrasonido, solo procedieron a quitar el dispositivo con unas pinzas.
Tres días después, la víctima se presentó nuevamente con su médico familiar porque tenía dolor lumbar. Aunque la mujer le dijo que recién le habían retirado el DIU, el médico diagnosticó lumbalgia aguda sin realizar más estudios.
“La situación de la víctima evolucionó desfavorablemente por lo que se presentó en el área de urgencias de la UMF-9 y de ahí fue trasladada al HGR-1, donde ingresó por grave pérdida de sangre, gastroenteritis infecciosa y deshidratación severa”, reportó la CNDH.
El reporte indica que la víctima llegó al hospital con una infección generalizada, por lo que tuvo que ser intubada, además se le realizó una transfusión sanguínea.
Posteriormente sufrió un paro cardíaco y se le dio reanimación por 30 minutos. En ese momento se le realizó extirpación de útero y ovario; y posteriormente la amputación de ambas piernas.
Aunque la amputación de las piernas se realizó para salvar la vida a la paciente, el procedimiento fue resultado de una inadecuada atención médica, un diagnóstico deficiente e incompleto y de un inadecuado seguimiento de control, que permitieron el avance importante de la infección que pudo prevenirse.
Se determinó que la atención proporcionada dejará a la víctima con trastornos fisiológicos secundarios de su función reproductiva, alteraciones de la función sexual y trastornos psicológicos relacionados a la pérdida del útero.
La Comisión corroboró que el retiro del dispositivo se llevó sin apego a la Norma Oficial Mexicana correspondiente, sin realizar estudios clínicos para detectar infecciones vaginales, ni la presencia de efectos colaterales, con lo que se constata un inadecuado seguimiento e indebida atención.
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