Alexander tenía 7 años cuando le dijeron a sus padres que tenían que hacerle una circuncisión al menor, sin embargo, él terminó con daño cerebral y el pasado 8 de enero se cumplió un año de que la vida de él y su familia cambió por completo.
El niño había presentado dolor al orinar y fue internado en la capital de Querétaro, en el Centro Médico de Jurica, donde fue sometido a la circuncisión que lo dejó con daño cerebral.
Perla Jara, madre de Alexander, comentó a Excelsior que, a un año de lo sucedido, el menor sigue igual y no ha habido cambios.
No ha tenido muchos avances. Él sigue comunicándose con un parpadeo de ojos, sigue sin poder moverse, sigue atrapado en su cuerpo".
LE APLICARON ANESTESIA GENERAL SIN AUTORIZACIÓN
Jara comentó que su hijo, de ahora 8 años, tuvo un daño muy severo y muy grave en el cerebro producto de la cirugía y debido a ello ahora llevan rehabilitación en casa y alrededor de 11 o 12 horas de fisioterapia al día.
Asimismo, mencionó que los doctores le comentaron a la familia que el procedimiento para la anestesia sería local, pero aplicaron anestesia general sin autorización y eso llevó al menor a una serie de paros cardiorrespiratorios que lo dejaron con daño con un severo daño cerebral.
De tal manera que lo que empezó con un pequeño dolor al orinar, se convirtió en una travesía de hospitales, terapias y cuidados intensivos.
La familia aún están a la espera de obtener respuestas y que se cumplan las responsabilidades profesionales de la persona a cargo del procedimiento.
Un paro cardiaco se puede presentar como una complicación relacionada al acto anestésico, al acto operatorio o a ambos, señala la Revista Colombiana de Anestesiología.
En un artículo de esa publicación se destaca que, aunque la incidencia de esos eventos ha disminuido, los anestesiólogos deben ser expertos en reanimación cardiopulmonar dentro y fuera del escenario quirúrgico.
Nota Tomada de:
Siguenos en Redes