Al menos quince personas perdieron la vida y dos resultaron heridas en un trágico suceso ocurrido este domingo en una iglesia católica en el norte de Burkina Faso. Según informes, el ataque fue perpetrado por presuntos yihadistas durante la celebración de la misa dominical. La localidad afectada, Essakane, se encuentra en una zona conocida como las “tres fronteras”, en la región limítrofe entre Burkina Faso, Malí y Níger, donde los grupos yihadistas han establecido su presencia.
El vicario general de la diócesis de Dori, Jean-Pierre Sawadogo, comunicó el ataque armado mediante un comunicado enviado a la AFP. En el mismo, proporcionó un balance provisional de quince fieles fallecidos y dos heridos, detallando que doce perdieron la vida en el lugar del ataque y tres más mientras recibían atención médica en el Centro de Salud y Promoción Social.
Este terrible evento se suma a una serie de ataques contra lugares de culto en Burkina Faso en los últimos años. Desde 2015, el país ha enfrentado una escalada de violencia yihadista, atribuida a grupos armados afiliados a Al-Qaeda y al Estado Islámico, que ha cobrado la vida de cerca de 20,000 personas y ha desplazado a más de dos millones de ciudadanos internamente.
Además de los ataques a iglesias, los secuestros de religiosos también han aumentado en Burkina Faso. Incidentes anteriores, como el ataque contra una iglesia protestante en Pansi en febrero de 2020, donde 24 personas fueron asesinadas, y el ataque contra una iglesia protestante en Hantukura en diciembre de 2019, en el que catorce fieles perdieron la vida, son ejemplos de esta escalada de violencia.
La situación en Burkina Faso se enmarca en un contexto regional más amplio de inestabilidad yihadista. Los países del Sahel, incluidos Burkina Faso, Malí y Níger, han experimentado una creciente violencia en los últimos años, lo que ha llevado a la caída de gobiernos civiles y al ascenso de regímenes militares.
En medio de estos desafíos, los líderes de Burkina Faso, Malí y Níger han buscado fortalecer su soberanía y han tomado medidas para distanciarse de las antiguas potencias coloniales. Recientemente, estos países anunciaron su salida de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), lo que ha generado preocupación en la región.
A pesar de los esfuerzos de la CEDEAO por promover la reconciliación y levantar sanciones, la situación en el Sahel sigue siendo delicada.
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