La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha instado a sus países miembros a incluir en las etiquetas de las bebidas alcohólicas la advertencia de que su consumo es un factor de riesgo para el cáncer.
Esta medida busca aumentar la conciencia pública sobre los peligros del alcohol, ya que diversas encuestas han demostrado que la mayoría de la población desconoce esta relación.
El debate sobre el etiquetado ha cobrado relevancia luego de que Irlanda anunciara que, a partir de 2026, será el segundo país del mundo en exigir esta advertencia en los envases, siguiendo los pasos de Corea del Sur. En Estados Unidos, el Cirujano General ha hecho una recomendación similar.
Desde 1988, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), perteneciente a la OMS, incluyó el etanol en la lista de carcinógenos del grupo 1, la misma categoría que el tabaco, la radiación y el amianto. Las investigaciones han vinculado el consumo de alcohol con al menos siete tipos de cáncer, incluyendo:
- Cavidad oral, faringe y laringe
- Esófago
- Hígado
- Colorrectal
- Mama
Impacto global del alcohol en el cáncer
Datos recientes revelan que el 4% de los cánceres diagnosticados en el mundo están directamente relacionados con el consumo de alcohol, lo que representa 740,000 casos al año y 401,000 muertes.
En Europa, donde el consumo de alcohol es el más alto del mundo (8.8 litros por persona al año), el cáncer es la principal causa de muerte relacionada con esta sustancia.
España y el consumo de alcohol
España se encuentra en el puesto 27 de 51 países europeos en cuanto al consumo anual de alcohol puro por adulto, con un promedio de 9.2 litros por persona. Sin embargo, el país destaca como el quinto en el que más ha crecido el consumo en la última década.
Además, es el segundo país de la Unión Europea donde más personas beben a diario, con un 13% de la población consumiendo alcohol todos los días, solo por detrás de Portugal (21%).
A diferencia de otras naciones, en España el consumo se centra principalmente en bebidas de baja graduación, como la cerveza y el vino. No obstante, la OMS advierte que el etanol es el causante del riesgo de cáncer, sin importar la bebida que lo contenga.
El mito del consumo moderado y la salud
Durante décadas, diversos estudios han promovido la idea de que beber con moderación es incluso más saludable que no beber, especialmente en relación con el vino y su supuesto beneficio cardiovascular.
Sin embargo, investigaciones recientes han desmentido esta idea:
Tim Stockwell, del Instituto Canadiense de Investigación del Uso de Sustancias, señaló que estudios previos subestimaron los riesgos y que incluso dosis bajas de alcohol aumentan el riesgo de cáncer.
El Centro para el Control de Enfermedades de EE.UU. ya incluye el cáncer de próstata en la lista de enfermedades causadas por el alcohol.
Rachel Visontay, investigadora de la Universidad de Sídney, subraya que los posibles beneficios del alcohol son insignificantes comparados con sus riesgos.
El impacto en las mujeres
El consumo de alcohol tiene un impacto especialmente grave en las mujeres, ya que el etanol altera los niveles hormonales y aumenta el riesgo de cáncer de mama.
Marina Pollán, directora del Instituto de Salud Carlos III, advierte que las mujeres que comienzan a beber en la adolescencia tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama en el futuro.
Incluso el consumo exclusivo de vino o cerveza aumenta este riesgo.
¿Por qué aún no hay advertencias en las etiquetas?
A pesar de la evidencia científica, la industria del alcohol ha ejercido una fuerte presión para evitar la inclusión de advertencias sanitarias en las etiquetas.
Frank Murray, presidente de Alcohol Action Ireland, señala que la falta de regulaciones se debe a la influencia política de la industria del alcohol.
En Estados Unidos, un gran estudio sobre los supuestos beneficios del consumo moderado tuvo que ser cancelado tras descubrirse que estaba financiado por la industria alcohólica.
¿Se implementará el etiquetado en más países?
La OMS insiste en que el etiquetado de advertencia en las bebidas alcohólicas es una medida fundamental para la salud pública, similar a las advertencias en las cajetillas de tabaco.
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